NUEVOS DISFRACES DEL LEVIATAN, LOS. EL ESTADO EN LA ERA DE LA HEGEMONIA NEOLIBERAL de MONERO, JUAN CARLOS

Hacer política, dijo Lenin hace cien años, es caminar entre precipicios. En el confuso mundo del 1%, en el calentamiento global y en los campos de refugiados, la política vuelve a ser un campo de acción, en las calles sin dirección y en las instituciones sin compromiso. La confusión política abre el camino a la democratización y presagia nuevas formas de autoritarismo. Ya hay un norte en el Sur y un sur en cada Norte. La globalización neoliberal, creada para las empresas multinacionales, desafía a los Estados nacionales. Se pueden encontrar minorías en la aldea global y la mayoría no puede reunirse. Hobbes eligió la imagen del Leviatán, un dragón marino bíblico, para representar y celebrar el siglo XVII. Los estados absolutistas. Ahora, tras el paréntesis transitorio de los estados sociales, nos encontramos junto a un nuevo monstruo, el neoliberalismo, menos violento bajo su ropaje democrático. La economía de mercado ha creado una sociedad de mercado imparable y nos ha devuelto a un mundo de violencia y exclusión común a otras épocas. ¿Y el estado? Los cambios estructurales reflejados en el siglo XXI. Parecen haberlo acorralado, si tan solo el Estado pudiera recuperar el compromiso de la mayoría de nuestros países, con las generaciones futuras y con un orden global diferente a la guerra. Es ahí donde se entiende la necesidad de cambiar la Unión Europea y la UNASUR, o reinventar las Naciones Unidas. Sin poder político no hay esperanza. Pero el poder político, si bien es una solución, también es parte del problema. No esperes mucho del fin del mundo, dice Stanistaw J. Lec. En este pesimismo optimista, no podemos olvidar que, bajo la apariencia de Leviatán, siempre existe la realidad inmutable de un monstruo. Y es que, en las relaciones con los monstruos, lo más débil siempre es su comida.