México. Ciudad que es un país de QUIRARTE, VICENTE

En dos sentidos, México es una ciudad que es un país: ¿una ciudad que pertenece al país o que reivindica el nombre de todo el país? Esta no es la historia ortodoxa de una de las concentraciones urbanas más grandes del planeta, sino el testimonio de uno de sus habitantes que la leyó en distintos momentos de su historia. Al mismo tiempo es una confesión de sentimientos que su devoto experimenta con él. Como ha escrito el autor en otra parte: “Amar una ciudad es necesario y fatal. Lo mismo ocurre con el odio, aunque ambas emociones, al mirarse al espejo, encuentran similitudes y diferencias. Enamorarse en la Ciudad de México puede parecer una tarea más difícil. Es fácil caer en la tentación inmediata de rechazarlo: aceptar el hechizo de condiciones y métodos que faciliten el abandono temporal del desastre. Pero, tarde o temprano, humillados y heridos, convencidos o dudados, por razones misteriosas volvemos a lo imposible, deshonesto, insoportable. La inevitable Ciudad de México, noble y leal a pesar de nosotros. En sus casi siete siglos de existencia, los habitantes y los elementos hemos destruido muchas veces nuestro pueblo. Con el mismo amor y energía lo volvemos a levantar. Aún no lo hemos terminado, lo que es testimonio de su pedigrí. Pero también refleja la casta de sus habitantes, aunque seamos los primeros en negar tal obligación y privilegio. Cada minuto es una posibilidad para la epifanía: para la maravilla del sonido en medio de la ceguera. Nunca más que ahora se necesita, en cada uno de nosotros y en nuestros actos aparentemente más humildes, el héroe anónimo que en su acción diaria consagra, eleva y honra nuestro espacio común. Leer la ciudad es protegerla. Vivirlo es sostenerlo”.